El encargo del proyecto consistió en la reforma integral de una vivienda de 50 m² útiles, situada en la planta primera de una finca antigua en el barrio de Pacífico (Madrid) con el objetivo de transformarlo en un apartamento.

La estructura de la finca es de muros de carga que se organizan dejando una primera crujía exterior, hacia la calle Granada, otra crujía central interior y la tercera que se vuelca a un patio interior.

En el estado original, la vivienda contaba con dos dormitorios, salón, cocina y baño.

La primera decisión fue renunciar a la segunda habitación para poder ampliar y dar una mayor luminosidad tanto a la cocina como al salón.

Se tomó la decisión de demoler el interior íntegramente, incluyendo la tabiquería, las instalaciones que se renovarían por completo, ventanas para su sustitución, falsos techos, solados, etc., respetando únicamente los muros de carga.

Se decidió dejar el dormitorio dando al patio interior, pasar la cocina al espacio central interior abierto, a través de los huecos existentes en los muros de carga, hacia el salón, trasladar el baño a donde estaba la antigua cocina y el antiguo baño convertirlo en vestidor con acceso desde el dormitorio dejando un armario para abrigos y limpieza en la zona de entrada. Al quedar el dormitorio en un espacio muy justo y reducido, se decide instalar unos paneles japoneses correderos, en lugar de cerrar con tabique.

Se optó por elegir materiales claros y jugar con espejos para potenciar la luz natural y dar mayor sensación de amplitud en los espacios.

En los frentes de cocina entre la encimera y los muebles superiores, se instaló un espejo, con un acabado envejecido para que su propia textura camufle las inevitables manchas que se producen con el uso de la cocina.

En el baño, aprovechando un hueco existente en el muro de carga, se crearon varias hornacinas y un armario con la puerta de espejo para conseguir el máximo almacenaje posible.

Photo © Nieves Ferrer

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