El encargo del proyecto consistió en la reforma integral de un local comercial, situado en la planta baja de un antiguo edificio del centro de Madrid, para destinarlo a vivienda. El local contaba con acceso desde el portal, una sola ventana hacia la calle y varias ventanas hacia un patio interior al fondo del local.
El local no era fácil ya que es estrecho y muy largo, pero tenía algo especial que nos sedujo desde la primera visita. Tanto a la propietaria como al estudio, nos encantó la preciosa vista de la única ventana, a pesar de ser un hueco pequeño, hacia la Basílica de San Francisco el Grande y sus jardines.
Desde el primer momento tuvimos claro que habría que tratar de ampliar la ventana lo máximo posible para que desde la zona de estar y el comedor se pudiera disfrutar lo máximo posible de la luz y vistas. Para ello, el dormitorio debía situarse en el extremo contrario, con iluminación y ventilación a través del patio interior. La ventana de la fachada a la calle se amplió instalando una carpintería de una sola hoja oscilobatiente, evitando así cualquier partición en el marco de tan privilegiada vista.
La zona intermedia, la más estrecha de la vivienda, se aprovecha para ubicar un armario en la entrada y el baño, y en una zona previa al salón interior, pero más ancha, se ubicó la cocina-comedor
Aprovechando la gran altura de 3,60 m. del local, se sitúo un altillo a lo largo del pasillo destinado a almacenamiento, con varias trampillas: Una accesible desde el dormitorio, otra desde la entrada y otra desde el centro del pasillo. Para aprovechar todos los espacios posibles se crearon varias hornacinas en los muros del local, tanto en el salón, como en la cocina, como a un lado de la cama para utilizarla a modo de mesilla de noche.
En el dormitorio, al ser de dimensiones reducidas con apenas espacio para un armario, se creó un vestidor sobre una estructura metálica y escalera sobre la cama.
Inicialmente, el local se encontraba “en bruto”, sin acabados. Las paredes eran de ladrillo visto sin revestir, y se había intervenido sobre la estructura de madera con refuerzos metálicos que habían quedado vistos. Para mantener ese carácter se revistieron únicamente aquellas zonas que estaban demasiado deterioradas y había que sanear y reforzar, o la pared medianera con otro local, demasiado fina, y que consideramos necesario insonorizar. El resto se mantuvo en su estado previo, pintado de blanco para dar más sensación de amplitud.
En la reforma se instaló un sistema de calefacción basado en suelo radiante y se cambiaron todas las ventanas para mejorar la eficiencia energética de la nueva vivienda.