El encargo de este proyecto surge como resultado de un concurso ganado en el año 2006, siendo arquitectos colaboradores en el estudio Proplan Arquitectura y Urbanismo.
Uno de los factores determinantes para la consecución del concurso fue el óptimo rendimiento bioclimático del edificio. La orientación, garantizaba un soleamiento y ventilación adecuados, la diversidad de modelos de vivienda o el planteamiento que permitía a todas las viviendas tener doble orientación facilitando ventilaciones cruzadas fueron algunos de los aspectos mejor valorados por el jurado.
Para la ordenación general, se realizó una propuesta en forma de U, cuyos brazos presentaban diferentes alturas en los frentes y envolvían un espacio común. Además de funcionar como distribuidor de la urbanización interior dando acceso a los diferentes portales incluía una zona deportiva, juegos infantiles, piscina y un amplio jardín que conecta con un parque colindante que termina por delimitar el espacio privado.
Exteriormente, el remate de las fachadas se realizó mediante lamas correderas, que agrupan y unifican los huecos y conforman el frente de las cocinas-tendederos actuando como filtro favoreciendo la ventilación. La cubierta ventilada aloja los dispositivos de captación solar para el ACS y un sistema de jardineras que contribuyen al enfriamiento de la cubierta mejorando el comportamiento bioclimático del edificio.
En cuanto al diseño de los diferentes modelos de vivienda que se proyectaron, se platearon tipologías en las que primase la flexibilidad espacial, un coste de mantenimiento bajo y los criterios medioambientales. Las viviendas estaban calificadas como VPPA-OC (Viviendas de Protección Pública para Arrendamiento con Opción de Compra) por lo que la variedad de tipologías propuesta podría ajustarse fácilmente a las diferentes demandas de la heterogénea sociedad actual.
Se buscó obtener una distribución clara y ordenada, aprovechando la doble orientación para diferenciar las zonas de día y noche de los modelos de vivienda. Para optimizar el aprovechamiento de las superficies se redujeron al máximo las zonas de distribución y mediante la posibilidad de prolongar los salones-comedor a través de las terrazas-tendedero, conectadas a las cocinas se producía una continuidad espacial que propiciaba una sensación de amplitud considerable.
