El encargo de este proyecto consistió en la reforma integral de una vivienda que acababa de adquirirse en el barrio de Chueca, Madrid. Se trataba de un inmueble amplio (110 m²) para el que nuestro cliente tenía una estrategia previa planteada. Como la superficie de la vivienda excedía sus necesidades actuales, nos planteó la posibilidad de dividirla en dos apartamentos. De ese modo podría fijar su residencia en uno de ellos y dedicar el otro para alquiler y facilitar así la financiación de la compra y reforma. Para un futuro próximo se planteaba como objetivo final, la reunificación de los dos apartamentos en una sola vivienda.
La vivienda original se estructuraba en tres crujías. Una exterior, que incluía cuatro balcones a la calle, una franja central, interior pero iluminada a través de los huecos existentes en los muros de carga, y finalmente la interior, ocupada por la cocina, con apertura a un patio central comunitario.
Para generar el acceso a las dos viviendas se planteó un vestíbulo interior, de modo que se respetaba sin alteración la única puerta existente desde el núcleo de comunicaciones común.
En la vivienda que ocuparía nuestro cliente, se dejaron vinculadas hacia el exterior las zonas de estar y se desplazó la cocina hacia la crujía interior. De este modo, se conseguía liberar el espacio que abre al patio interior, la más protegida del bullicio que se produce en la zona durante los fines de semana, para poder situar el dormitorio principal.
Para el apartamento destinado al alquiler temporal se buscó una distribución diferente que pudiese compatibilizarse con la futura unión de las dos viviendas. La cocina en el acceso y el baño en la franja interior dejaban la zona exterior para el salón y un dormitorio. Mediante una reforma sencilla que consistiría en la demolición del tabique que separa ambos salones para unificarlos en uno más amplio y retirando los muebles de la segunda cocina para convertirla en un armario, ambas viviendas se transformaría en una sola.